Allá por los años 70, el Ing. Mario Carcedo que era el Jefe de la Planta de Potabilización de Rosario y a su vez docente en el Departamento de Hidráulica entendió que la Ingeniería Sanitaria era una rama de la Ingeniería con características particulares, ya que su objetivo fundamental es preservar la Salud Pública a través de la provisión de agua potable, un adecuado tratamiento y disposición de las excretas humanas y el tratamiento y disposición segura de los residuos sólidos domésticos. Para cumplir con ese objetivo se requiere de equipos interdisciplinarios conformados por ingenieros de distintas especialidades, químicos, bioquímicos, biólogos, etc. que trabajen en conjunto. Se requiere además la existencia de laboratorios especializados en Química y Microbiología de Aguas.
El Ingeniero Mario Carcedo también entendió que debían desarrollarse tecnologías apropiadas para las poblaciones pequeñas y medianas del interior que no cuentan con recursos para la operación y mantenimiento de sistemas sofisticados aplicables a grandes ciudades y que la Facultad podía prestar servicios en ese sentido. Y además, que toda solución de ingeniería tenía que tener en cuenta la realidad socio económica y cultural de las poblaciones a servir.
Bajo esas premisas se propuso la creación del Centro de Ingeniería Sanitaria (CIS) que se concretó en el año 1970 y que hoy es un centro de referencia en el sector agua y saneamiento del país. En el momento en que se creó el Centro el staff estaba formado por el Ing. Carcedo y por mí y nos asignaron como lugar de trabajo un “sucucho” que todavía existe en la Siberia y que llamaban “la morgue”, no sé por qué, para mí es más parecido a un panteón. Sin embargo no estábamos solos porque desfilaban alumnos, docentes de otras asignaturas, que gustaban disfrutar de las conversaciones con Carcedo que era una mezcla de sabio y filósofo no siempre comprendido por los burócratas de turno que gestionaban el sector de agua y saneamiento a nivel nacional y provincial.
En esa época existía una organización OVEDIC que organizaba el viaje de egresados de Ingeniería Civil a Europa vendiendo rifas (los viajes eran de seis meses!!!). A Carcedo se le ocurrió que en lugar de hacer rifas, podían elaborar proyectos de sistemas de agua y saneamiento para organismos de diversas provincias con las premisas implícitas en el concepto de tecnologías apropiadas y así se hizo. Esa fue la base para desarrollar los trabajos a terceros que fueron innumerables en toda la historia del CIS.
Pasaron los años, el CIS tuvo varias sedes, pasó por distintas instancias institucionales, pasó mucha gente, pero el espíritu y los principios con los que fue creado se mantuvieron y hoy tenemos una sede modernizada con laboratorios bien equipados y un equipo de gente joven que toma la posta.
Es interesante destacar dos hechos, por un lado la creación de la Empresa IDEAR S.A surgida de la convocatoria de incubadora de empresas implementada por la Universidad en el año. La empresa comercializa las tecnologías desarrolladas en el CIS y es una verdadera incubadora de jóvenes ingenieros que se forman en un área que requiere de profesionales capacitados. Y el otro hecho es la creación de la Carrera de Especialización en Ingeniería Sanitaria que dado su carácter semi-presencial ha permitido la participación de profesionales de prácticamente todas las provincias argentinas que trabajan en su gran mayoría en las empresas de servicios sanitarios y muchas veces en las cátedras de Ingeniería Sanitaria de diversas universidades.
Yo sé que a los jóvenes no les interesa mucho la historia (yo pensaba lo mismo cuando era joven) pero les digo que es bueno saber que somos parte de la historia de la Ingeniería Argentina que este año cumple 150 años y de la historia de nuestra querida Facultad y que hay mucho por hacer para mejorar la vida de la gente.
Quiero terminar con unas palabras manuscritas que encontré revisando papeles del Ing. Mario Carcedo, que también se preocupaba por el ambiente en tiempos en que todavía no se hablaba del tema (la primer conferencia sobre Medio Ambiente se realizó en Estocolmo en 1972).
Desde tiempos muy remotos se conocen las interrelaciones entre el hombre y el medio ambiente. Hoy nos preocupa esa interacción tanto del ambiente natural como el resultado de la obra del hombre. Rige el antiguo aforismo de Francis Bacon “No se puede ejercer autoridad sobre la naturaleza excepto obedeciéndola. Tenemos algunos motivos para ser optimistas frente a los profetas de la contaminación, pregoneros del Apocalipsis. Si nuestras acciones lo fabricaron también podremos deshacerlo y recomponerlo. La duda que nos queda aún es: ¿a qué precio?”